Añorándote.

05/02/2012

No siento la naturalidad con la que antaño sentía la relación, faltan las palabras oídas directamente, faltan carcajadas y actos jocosos, faltan miradas divertidas y quedadas... falta lo que ha quedado en recuerdo, lo que el tiempo ha dejado haciendo mella en mí, lo que tanto disfrutaba. Lo vivido en tiempos pasados en humo se ha convertido, en una fina neblina que copia las imágenes, robándolas de mi cabeza y dibujándolas delante de mí, nítidas en esta ocasión, para seguir con la tortura que hace demasiados meses comenzó.

Lo vivido en el momento determinado no es para siempre, porque tiene que existir algo que lo altere y modifique la situación que disfrutas, ya sean tus impulsos y tus decisiones, ya sea tanto tu estúpidez como tu insensatez, los errores y lo que crees sentir, tu ignorancia, movimientos externos. Todo ello se pone de acuerdo para crear un arma destructiva, caminando a tu lado abstracta y sigilosamente, lista para atacar y camuflarse... trayendo lo que crees ser la felicidad. Pero la tela va cayendo, y las sensaciones acaban aclarándose. Yo misma tiré la capa cuando volví y toda perspectiva cambió, fue ahí cuando se desplomó en el suelo, haciéndose visible lo que no podía verse.

Lo que se convirtió en una intensa situación, simple y sencilla, tan fácil como respirar, fue adoptando un estado de congelación, predominando el frío, el frío del invierno, sus meses de viento helado y comportamientos dolorosos e incómodos. Andares inseguros y alertas. Mirada levantada y, en un determinado momento, deslizándose hacia el suelo, cobarde. Músculos tensos y fingida distracción. Aliento contenido y verguenza, todo ello predominó sobre la naturalidad, sobre las carcajadas y miradas cómplices, encima de la amistad.

Pero todo fluye. Los meses siguen transcurriendo de manera más rápida y fácil, soportando lo que se nos viene encima, pero dejando la relación como el mismísimo hielo, derritiéndose tan parsimoniosamente, como si el tiempo fuese eterno para él, sin deteriorar lo que una vez llegó a ser importante. No, lo ignora, tal vez porque notó lo difícil que era para nosotros llevarlo adelante, y supuso que no lo conseguríamos... Notó lo forzado que se nos hacía, porque la incomodidad reinaba en cada instante, cada esfuerzo, en cada mirada y en cada "hola". Riéndose de la voz con tono casi inexsistente de ese triste y monótono saludo, de la gesticulación del rostro apenas notable, y labios tensos y apretados.

Aun así... el poco contacto y el pasar de las estaciones deciden aportar su pequeño grano de arena, haciendo la situación más llevadera y soportable; pudiéndose controlar con una pantalla delante y una teclas que al ser apretadas contaban infinidades de cosas, cosas que no podían ser expresadas en directo, cara a cara, pero supusimos que así era suficiente. Conformados con el escalón subido, con el paso adelante, siendo conscientes de lo que le sucedía el uno al otro. Si, conformados, suficiente, estable, pero... ¿Conseguido? ¿Superado?

Lo bueno que trae el tiempo, es que con él todo lo ocurrido y acabado desastrosamente termina por olvidarse, en cierto sentido, y afrontar y aceptar lo que tal vez haya sido un impenitente error, o lo que después de la felicidad haya traído el dolor. Superarlo y seguir adelante, formando la parte de tu vida de la que tienes que aprender y no volver a cometer lo impensable antes de realizarlo.

Pero cuando alzas la mirada y puedes ver, sin tensión ni temor, ni verguenza ni incomodidad, aquello que hace tiempo intentabas eludir, cuando por fin te has atrevido, cuando te has armado de coraje y lo has conseguido, parece ignorarte. Porque necesito respuesta a mi determinación, necesito una reacción igual, un "Hola" en voz alta, sé que soy capaz de corresponderlo. La satisfacción que me embargaba cuando me armaba en valor y te miraba comienza a hacerme sentir estúpida e inutil, ¿Sabes? Pensaba, algunas veces, el haberte decepcionado por mi comportamiento infantil, inmaduro, y por eso mismo acababas dejándome al margen. Eso creía yo.

Pero ya sé que no es así, al menos no ahora, pero sí antes. Estoy segura.

Yo lo he superado, yo estoy dispuesta a conversarlo, a iniciar una plática únicamente tecleando. Soy capaz de hablar del asunto.... Pero tú no, no todavía, o no sin incomodidad y tensión. O tal vez si, y no te expresas con libertad a lo que después pueda causar el dejarse llevar. Siempre lo saco a flote, porque el teclado es lo mío, y porque estoy preparada, pero lamentablemente olvido tu postura, tu perspectiva, y no sé tus pensamientos, pero no es difícil imaginármelo y hacerme a la idea de que es demasiado complejo y extraño para ti. Pienso en mí, soy egoísta porque no tomo en cuenta todo aquello.

Sabemos que lo hecho está hecho, sabemos que todo se ha convertido en la mezcla de tensión, simple amistad y varios "holas", escribiendo siempre un "Que tal estás?" acompañados por las novedades de nuestras vidas. Siempre habrá una ventanilla en una pantalla, en la que estará escrita tu nombre y debajo tus palabras, mi nombre y debajo mis frases. La duración de esta nueva forma de contacto se prolonga, y desconocemos si el tiempo lo mantendrá así durante más estaciones, o con los meses lo modificará.

Quiero la naturalidad, la quiero, pero el quererlo no es igual que vivir en carne y hueso el momento en el que haga realidad mi deseo. No quiero defraudarte, ni a ti, ni a nadie. Pero ya lo he hecho sucesivas veces, y es probable que se repita, por lo que es mejor seguir escuchando las teclas de mi portátil al apretarlas... es mejor que no des respuestas a mis intentos, a mis miradas sencillas. Entonces, ¿Significa eso que todavía no lo he afrontado?

Pero tranquilo, no volveremos a hablarlo, porque sé que me he vuelto a equivocar... Yo necesitaba expresarme sin saber que te iba a incomodar por una parte. He sido egoísta de nuevo aunque... al fin y al cabo, el egoísmo es lo que mueve a todo el mundo, no tiene arreglo, pero no es excusa.

Yo tampoco sé si ha sido bueno conversarlo contigo esta noche, sacar el tema. Ahora, ¿Seré capaz de alzar el rostro cuando supuestamente estaba todo superado? No lo sé, pero si sé que esperas que en un futuro puedas hablar conmigo con la misma naturalidad que con los demás, que esperas que sea alguien de confianza, aunque no veas muy claro si podrá ser así o no. Lo entiendo y lo acepto, sé lo que te ha llevado a pensar de aquella forma, y comparto tu perspectiva, pero si me ha dolido.

Yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario