Llegó lo esperado.

06/04/2012

La paciencia es un virtud... La paciencia es el conjunto del control acompañado de profundas inspiraciones para afrontar y esperar cualquier desesperante y ansiado momento, tomando tú a cambio el sufrimiento y la histeria que el tiempo trae, pesarozo y reacio a tu anhelo. Los minutos, meses o años, toman vida propia girando a tu alrededor como si se tratase del tóxico y agobiante oxígeno, con brazos cruzados, indispuestos a las peticiones de tus pensamientos.

Pero llega. La abstracta desembarcación atraviesa un cambio de materialidad, situándose ante tus propios ojos sin ser consciente de la importancia que lleva entre manos. Y no es más que el mismo objeto que torturas y disfrutas cada día, mostrándote así sorprendentes y pequeños gusanos de seda saliendo de sus capullos para transformarse en unas sensibilizadoras mariposas, temblantes ante la posible aprobación y reacción de la madre naturaleza.

Náuseas debido a la intensa sensación nerviosa que, penetrante, se desliza sin complicación alguna como la capilaridad del agua, introduciéndose en cada minúsculo poro de tu piel e inyectar el veneno del temblor, dando así una orden a cada órgano existente en tu organismo, respuestas que pueden constar de indescifrables nfwgnkebvke que borras para ordenar frases en tu cabeza. Todo ello formado por el reflejo de las letras y confesiones que se encuentran en la pantallita encendida de enfrente, escritas cuidadosamente.

La paciencia se convirtió en nervios, y los nervios en el más profundo alivio y la más indescriptible felicidad. Dudas alejadas como restos de hueso, inservibles. Tristeza convertida en nada más que en un montoncito grisáceo de innecesario y contaminante polvo, alejado por el suave viento.

Y con cada frase leída, el bagatelo abrazo se convierte en lo imprescindible, tomándolo como el consuelo de un vivido y causado dolor, sintiéndolo como si se tratase de una necesidad, intensificándolo con la intención de copiarlo de aquellos días triviales y espontáneos.

Yo