It`s just a moment.

Es tu nombre la primera palabra que reaparece en mi cabeza, incesante, durante unos largos minutos de ensoñación, seguido de recuerdos nítidos, imágenes y sensaciones, provocando la alelación de unos ojos cerrados y una embobada sonrisa.
Aquel primer día te abracé fuerte, tu hiciste lo mismo. Supe entonces que aquel abrazo escondía más de lo que demostrábamos, más de lo que intentábamos recuperar, sensaciones descubiertas por parte de uno y remotas povenientes del otro, miradas intensas y cariñosas sonrisas.
Me encontraba nerviosa, temblorosa como el leve soplido del viento hacia una grisácea hoja de invierno.
Abro los ojos ahora y las imágenes formadas en mi imaginación, transparentes, intocables, desaparecen para convertirse en recuerdos ansiados por volver a vivirlos. Nuestro mundo feliz es solo un momento perecedero. De todas formas, yo soy feliz teniéndote a ti... porque sé que ese pequeño momento será repetitivo durante muchísimo tiempo, evolucionando con el pasar de los días, intensificándose nuestra relación, pregúntandome a la vez, como cada 24 horas... ¿Existes de verdad? ¿ Este momento existe realmente? Si es así, gracias por existir y hacerlo realidad.
Y es que los pequeños espacios de entre mis dedos fueron creados para ser rellenados por los tuyos, encajando a la perfección, y es que mi cabello ha sido hecho para tí, cada hebra dispuesta a sentir la yema de tus dedos deslizándose en su extensión.
Y no hay marcha atrás. Eres una de las personas más imprescindibles en mi vida.

Yo.

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