Sweet child os mine.

Oh, dulce niña mía, te añoro con todo mi ser. Desaparecida entre los recuerdos de antaño, con mentalidad infantil y despreocupación envidiable, sin tener la más remota idea de contra lo que hoy en día tienes que luchar; sonriendo sin tensión, sin temor a la ridiculez, alzando tu pequeña cabecita y actuando con libertad y sin saber y sin pararte a pensar en los pensamientos criticables hacia tí, posiblemente recorridos en mentes ajenas que a tu alrededor revolotean silenciosamente; siendo inconsciente de todo ello durante años lentos y parsimoniosos, con estaciones recorriéndote dulcemente, permitiéndote gozar de cada melodía de aquellas épocas felices y tan distintas, sin comparación con la de años venideros. Tú, dulce niña mía, era más fuerte que yo, llena de optimismo; absorta a lo desconocido, feliz con lo fácilmente aprendido. No tienes porque luchar contra aquello de lo que una vez dependerá tu vida, no tienes temor al fallo hecho, porque tienes la oportunidad de repetirlo tantas veces como sea posible. No dependes de juguetes rotos y muñeces de porcelana, las decisiones de tus juegos son simplemente para disfrutar de momentos cortos. Viviendo prácticamente en carne propia las utopías creadas por tu mente, llevando tu imaginación a la realidad, moviendo un par de hilos para llevarlo a cabo en pocos segundos.

Oh, dulce niña mía, que no sabes cual es tu lugar, que no te preguntas cual es el sitio destinado para ti en esta vida, y vives con la despreocupación de ser o no recibida con brazos abiertos; porque eres... simplemente, tu misma; que no sabes lo que quieres, y ese desconocimiento  no es lo primordial.

Oh, dulce niña mía, daría mi vida para que los tejidos que componen tu cuerpo queden en el segundo exacto de lo agradable y perfecto para ti.

Eres admirable, dulce niña mía.

"Esto fue tuyo, lo lavaremos y se lo pondremos a tu muñeco para que le sirve como ropa"

Yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario